Este boletín se concibe cual medio para informar y formar en el tiempo previo a la realización de las Jornadas. Y se aspira producirlo no como un objeto más de consumo-desecho en el amplio mundo de boletines para no-leer y desechar propio del discurso capitalista, sino para darle su justo lugar como objeto causa de deseo. En esas coordenadas, le daremos un lugar digno al ocio, desde el nombre mismo de este Boletín, que nos exigirá fervientes labores.

El neologismo que nombra el boletín abrocha los significantes “Laborioso” y “Ocio”, donde se reconoce en los sujetos psicóticos una posición laboriosa, de trabajador, hasta de mártir, en lo que hace a su esfuerzo por construir una realidad, una relación al Otro y por hacerse a un cuerpo ante el acecho del “milagro divino” y sin el auxilio del discurso establecido; aunque, en ocasiones, con un analista: partenaire que se deja enseñar, toma nota, presta su propio cuerpo.

La labor nos llega como obra, laburo, labranza, y también cual pieza hecha a mano, tejida, de tela, que puede llegar a vestir un cuerpo: confeccionarlo a medida con lo que hay, desde la invención psicótica, al no contar con las máquinas tradicionales de coser lo imaginario, lo simbólico y lo real. El ocio nos acerca a ese ocio fértil que describen historiadores y filósofos, y que invita al arte, la conversación, la cultura, dando lugar a inéditos “amarres” para sostenerse en la escena o incluirse en una singular República de Las Letras a la que pertenecen, fuera de dudas: Schreber y Joyce.

Se trata de un espacio neológico, ocio laborioso, inventivo donde se escribe el Boletín, permitiendo distintos usos, y al que invitamos a colegas e interesados a sumergirse de cuerpo entero y, al tiempo, ¡a levantar campamento hacia Bogotá, a nuestras Jornadas de la NELcf!

A continuación les presentamos sus secciones:

“Milagros divinos”

– Sección definida bajo el propósito de la intensión del psicoanálisis –

Este significante es tomado de las Memorias de un enfermo de nervios, de Daniel Paul Schreber,  en donde el ex -Presidente consigna: “Desde el comienzo mismo de mi vinculación con Dios hasta el día de hoy mi cuerpo ha sido incesantemente objeto de milagros divinos”. Declaración que es muestra de la invasión de goce en cuerpos-objetos de problemas científicos y arrebatos; cuerpos que son centrales telefónicas sin teléfono, vestidos vacíos o que caen cual piel de fruto maduro; que son dianas de rayos o andan desarraigados; pero, también de quienes se agencian las salidas más delirantes, reinvenciones fantásticas o discretas, nuevos anudamientos.

Así, esta sección se abona a la formación psicoanalítica desde lo epistémico y la práctica para encontrar decires sobre el cuerpo en las psicosis, presentando contenidos valiosos en relación a sus extravíos, tratamientos posibles y soluciones más dignas. Milagros divinos acogerá textos, entrevistas, comentarios de citas… en diversos formatos, invitando a colegas de la NELcf a este divino departir.

“a-marras”

– Sección definida bajo el propósito extensión del psicoanálisis –

Schreber en sus “Memorias…” describe modificaciones en su relación con los “rayos divinos” que lo llevaron a atraer hacia su cuerpo las almas impuras presentes en el orden cósmico. Para contrarrestarlo, acudió al “amarre a tierras”, arreglo que le permitió situar el cuerpo en la tierra ligado a otros astros mediante nervios compartidos. Del amarre a tierra como solución singular pasamos a los amarres en plural, en la labor de hacerse un cuerpo, lo que no es algo natural.

Seguro hubo “amarres” y “amarras” en esas clásicas barcas de locos, pero hoy nos referimos a amarras-tratamientos posibles para dar sostén, enlazar, acotar, en el uno por uno, allí donde Lacan indica un desorden en la juntura íntima del sentimiento de vida, ante la cascada de lo imaginario, los empujes a, las intrusiones, la inoperancia de los semblantes. Y siguiendo la referencia náutica: el simple rozamiento de los amarres evita derrapar y permite arriar rápidamente cuando conviene.

Las “a-marras” como sección del Boletín tomará nota de saberes en conexión que no prescindan del objeto a, abyecto, que se interpone en el cálculo, y un “marrar” que alude a un errar, a modalidades desviadas, pero no sin estar ligado a otros. Desde el cuerpo de extensión contaremos con invitados del psicoanálisis aplicado, ciencia, medicina, tecnología, literatura, artes liberales, discursos que abonen a re-ligar… que testimonien sobre modos de hacer con objetos, tierras, amarres, a-marras.

“Yo inventé…”

– Sección definida bajo el propósito de la invención –

En los tiempos del “Yo soy lo que digo”, que deja a ratos perplejos a quienes consentimos a que con lo que nos encontramos en la práctica es con piezas sueltas y bricolajes, nos resulta más vital poner la labor y el ocio en función de la invención, en las coordenadas que precisa J.-A. Miller al diferenciar el descubrimiento (de lo que ya estaba allí) de la creación (ex -nihilo). Y sí, la invención que nos concierne: agarra de lo que hay y requiere de un cierto coraje.

Lacan, en El Sinthome, dirá: «Yo inventé lo que se escribe como lo real. Naturalmente, a lo real no basta escribirlo real. Unos cuantos lo hicieron antes que yo. Pero yo escribo este real con la forma del nudo borromeo (…)». Ya sabemos que Lacan no se precia de ser original sino lógico, y lo cierto es que sus alumnos le hicieron conocer el escudo de los Borromeo (Seminario 19), el que luego Lacan replicará en las puras cuerdas a maniobrar, y hará del nudo el soporte de lo real. Lacan también fue inventor del objeto a: ese que unos guardan en el bolsillo, otros eligen depositarlo en el Otro; y que, excepcionalmente, algún Duchamp, lo eleva en un escabel… ¿Qué hizo Lacan con sus invenciones sino hacer consistencia lógica, escritura, acaso sinthome?

“¿Qué he inventado yo?” se pregunta Lacan. Hoy hacemos nuestra esa interrogación para invitar a decir sobre ciertas invenciones en distintos registros y saberes: las que eventualmente otros ya habrán anticipado, pero que pueden advenir aún escrituras inimaginables y enseñantes en nuestra investigación hacia las Jornadas de la NELcf en Bogotá este 2024.

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