Argumento 3: Cortes e interpretaciones: la Escuela
DEJARSE INTERPRETAR POR LA ESCUELA, INTERPRETAR LA ESCUELA UNA
Las Jornadas de Escuela nos posibilitan hacer existir una comunidad de trabajo. Comunidad que se reúne en torno a un concepto fundamental, el de Escuela, la que, cuando Lacan la fundó, reconfiguró el mapa del campo psicoanalítico de ese entonces. Una pregunta se desprende del argumento cuando hace alusión a que Lacan, con ese corte, puso “sobre la mesa la inapelable responsabilidad del analista”,[1] orientándola hacia las pruebas que da y que demuestran los efectos de su operación. ¿Qué responsabilidad nos cabe a los miembros de la Escuela?
Lacan se propuso desde un inicio subrayar la importancia de garantizar la formación que la Escuela dispensa. Hacia la intensión, sostenida por el dispositivo del pase y la pregunta ¿qué es un analista?, y en su vertiente de extensión, por la vía del diálogo de los miembros con la ciudad en el esfuerzo por transmitir lo que la práctica y el descubrimiento del inconsciente enseña.
Luego, ya con Miller, vino la creación de la AMP y tiempo después la Escuela Una, nombre que permitió una reinvención en la articulación topológica entre intensión y extensión, y con el que reúne a sus miembros desde el 2000 en torno a lo que tienen en común por pertenecer a un mismo movimiento: sus referencias teóricas, la pregunta por la formación del analista, el estilo en la práctica psicoanalítica y la orientación por el pase y el fin de análisis, cuestiones que hacen posible una experiencia que apueste por mantener vivo el deseo de psicoanálisis.[2]
Miller en la “Teoría de Turín”[3] plantea que la Escuela es un sujeto y que por lo tanto es posible de ser interpretada. Pero, ¿Qué es interpretar la Escuela?
Recorto algunos acontecimientos que me han permitido tener la experiencia de los efectos de una interpretación cuando lo que toca concierne a la vida de la Escuela. Miller, en el año 2017 declara el Campo Freudiano, Año cero, interpretación en la que hizo alusión a la “recién nacida” NEL.[4] Nos dejó a los miembros la responsabilidad de lectura de tal denominación, en un momento kairós para subjetivar el paso lógico que propició hacer existir la Escuela del pase como realidad libidinal, luego de la nominación de la primera AE de la Escuela Una miembro de la NEL.
Luego ocurrieron dos nominaciones más y la NEL, en abril de 2019, no dejó pasar esta ocasión que verificó una de las manifestaciones de la Escuela Sujeto, el deseo de pase, invitando a las I Enseñanzas del pase de la Escuela Una en la NEL en Bogotá, acontecimiento que nos puso a prueba para capitonear el momento lógico de la Escuela.
Una interpretación está hecha para hacer olas. Angelina Harari, Presidente de la AMP en ese momento y encarnando su función éxtima, al finalizar el primer día de las I Enseñanzas del pase y luego de haber escuchado los testimonios de los AE, anticipa, para la conversación sobre política y Escuela que se iba a efectuar al día siguiente, algo que recuerdo más o menos así: “si las enseñanzas del pase son responsabilidad de los AE, la política de la Escuela Una es responsabilidad de los miembros”.
Señalamiento que en ese momento queda como huella imborrable dado el efecto de sorpresa que inevitablemente me reenvía a la pregunta por la propia posición ante un texto que estaba invitado a compartir ese día domingo. La pregunta por la responsabilidad que da soporte a la política de la Escuela Una, junto a otras, se pusieron a prueba en acto en una animada y concernida conversación, experiencia enseñante respecto al anudamiento entre el cómo hacer existir experiencias para que la Escuela nos interprete en el mismo movimiento en que nos encontramos en el esfuerzo de interpretar la Escuela sujeto. Movimientos y anudamientos que, si consentimos a ellos, ¿orientan a sus miembros en la dirección de cernir el real en juego en la formación y de esclarecer el lazo con la causa analítica?
Una interpretación no se comprende, pero sus olas nos ponen al trabajo, tal como ocurrió luego de ese acontecimiento de Escuela, movimiento que, junto a otra interpretación de Angelina Harari, sentó las bases tanto para el recomienzo que hoy anima nuestra vida asociativa luego del paso de Escuela como sujeto de deseo al de sujeto de derecho, como para subjetivar el momento lógico que atraviesa la NELcf hoy con su renovado mapa, incluyendo la enigmática orientación designada como la extensión de la intensión y con ello la pregunta por la responsabilidad que nos concierne, asunto que podremos seguir escribiendo en nuestras próximas Jornadas.
Carlos García Gaviola
[1] “Cortes e interpretaciones: la Escuela”, argumento XIII Jornadas NELCF, https://jornadasnelcf.com/xiii/argumento/
[2] “La Escuela Una”, https://www.wapol.org/es/acercaamp/Template.asp?Archivo=escuela_una.html.
[3] Miller, J.-A., “Teoría de Turín acerca del sujeto de la Escuela”, https://www.wapol.org/es/las_escuelas/Template.asp
[4] Miller, J.-A., “Campo Freudiano, Año cero”, eol.org.ar/biblioteca/lacancotidiano/LC-cero-718.pdf